El mercado actual se encuentra frente a consumidores deseosos de satisfacer sus
necesidades cada vez más complejas, pero estas necesidades no se limitan a
cuestiones de calidad, precio o durabilidad sino que apuntan a una gratificación
emocional.
Los consumidores modernos
se interesan por que las marcas elegidas les brinden sensaciones
positivas, gratificaciones, sentimientos y nuevas experiencias. Para
cumplir con estas expectativas latentes en los consumidores es que nació
una estrategia conocida como branding emocional, definido como la manera
de crear un diálogo personal con los consumidores.
Dicha estrategia pretende
desarrollar conexiones emocionales entre la marca y sus clientes,
generando en ellos estados de ánimo para que los mismos puedan asociar una
marca a un experiencia satisfactoria. Para que una marca
pueda implementar dicha estrategia será necesario conocer
en profundidad al público objetivo, sus intereses personales, metas,
escalas de valores y sueños, y de este modo ofrecerles una marca que se
encuentre en armonía con los aspectos mencionados. Para ello la marca
deberá entablar un diálogo fluido con sus clientes y de este modo conocer
sus expectativas en un nuevo mercado de sensaciones. Así una marca no
sólo ofrecerá una solución a una necesidad básica sino que además la
complementará con vínculos afectivos buscando introducirse en los aspectos
emocionales de los consumidores.
Como comunicadores
sabemos que el ser humano, antes que racional, es un ser emocional, lo que
se traslada a sus decisiones de compra, siendo esta característica
fundamental a la hora de comprar.
En consecuencia; el
branding emocional no sólo intenta ofrecer soluciones a las personas sino
que se además se propone involucrar al target con la marca, con
sus publicidades, acciones y comunicaciones. Para que éste se sienta
parte de la marca y se genere un sentimiento de
pertenencia y fidelidad,
donde el consumidor pueda expresarse mediante una marca o
producto. La intención del branding emocional es que los
consumidores amen la marca, se sienta íntegramente identificados con
ella, que compartan valores y que se pueda experimentar experiencias
positivas de todo tipo. Ya que los consumidores buscan identificarse
plenamente con una marca que posea sus valores similares, características,
gustos y metas acordes con sus preferencias.
El branding emocional
busca una experiencia que
crea una conexión cercana y participativa entre las marcas y los
consumidores, donde se pretende penetrar en la vida de las personas y
formar parte de su cotidianidad.
Es así que
dicha estrategia pretende estimular los sentidos del target y posicionar
una marca no sólo en la mente de las personas sino también en sus
corazones, para producir lazos emocionales que conlleven a la experiencia
y a la generación de recuerdos donde la marca o producto se sitúen en
la memoria colectiva de los clientes.
Se pretende
acortar la brecha entre una marca y su público ya que no sólo se
apunta a la compra sino que también se incentiva a la participación y
la interacción.
En
conclusión, las emociones humanas son estados afectivos a
los cuales se enfrentan las personas, quienes se encargan
de exteriorizarlos mediante gestos, acciones o palabras.
Las emociones determinan a los individuos y conformar su manera de
relacionarse. En consecuencia, es de suma importancia de la creación de
vínculos afectivos entre las marcas y sus consumidores con el fin de
generar sentimientos de pertenencia. Donde las marcas no sólo procuran
atender las necesidades básicas del público sino que también se
interesan por sus emociones y estados de ánimo.
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